JUAN BRAVO MURILLO

El 10 de enero de 2018 se cumple el 145º aniversario del fallecimiento de Juan Bravo Murillo (Fregenal de la Sierra, 9 de junio de 1803 Madrid, 10 de enero de 1873) fue un político, jurista, teólogo y filósofo español de ideología liberal. Perteneció al partido moderado y ocupó diferentes cargos políticos durante el reinado de Isabel II.
Durante la Década Moderada destaca su participación al frente de diferentes carteras ministeriales, como Justicia, Fomento o Hacienda; sobresaliendo sobre todos sus cargos políticos su etapa como presidente del Consejo de Ministros (1851-1852).
Tras la llegada del partido progresista al poder en 1854 con la revolución propiciada por el general O’Donnell, Bravo Murillo sería apartado de la primera línea de la política nacional, destacando solo su papel, durante los primeros años de gobierno de la Unión Liberal, como presidente del Congreso de los Diputados en 1858.
Jurista considerado tecnócrata, defensor de las reformas. Con poca facilidad de palabra, aborrecía los debates parlamentarios.
Fiel a su lema: «menos política y más administración», fue un magnífico administrador. Su labor de gobierno se centró en conseguir sanear la Hacienda y el impulso de las obras públicas.
Católico, intentó restablecer relaciones con la Santa Sede. El resultado fue el Concordato de 1851.
Propuso un método objetivo de selección (oposiciones) para ingresar en la función pública.
Fracasó en su intento de reformar la Constitución conservadora de 1845. En 1852 dimitió.
Juan Bravo Murillo falleció el 10 de enero de 1873 en Madrid.
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RUA DOS SABOEIROS

Olivenza ha sido siempre una zona de tradición olivarera. Disponía, en la antigüedad, de abundantes subproductos del aceite y grasas de animales para la confección de jabón, en cantidades que permitían su exportación a otras zonas.
Esta industria, de cuya existencia tenemos noticia desde el inicio del S. XV, debía presentar un desarrollo notorio, toda vez que sus rendimientos fueron objeto de privilegios reales concedidos a miembros de la nobleza local.
Según archivos, D. Manuel I otorgó las rentas de la jabonería de Olivenza a Dª Isabel de Ataide en 1514. El hidalgo Juan de Fonseca poseía unas rentas de 5.000 reales a mediados del S. XVI.
El número de jabonerías (saboarias) en nuestra localidad era tal que a mediados del XVII, llenaban esta calle a la que se le daba el nombre de Rua dos Saboeiros (Calle de los Jaboneros), donde se distingue el altar destinado al santo (pensamos que San Antonio Abad aunque no se han encontrado documentos que lo acrediten)