El 27 de junio de 2020 se inauguraba este monumento en colaboración con el Ayuntamiento de Olivenza. Concluido el 27 de junio de 2022, se añade un código QR para la visualización virtual del monumento.

En su parte superior muestra un triángulo de color rosa por un lado y negro por el otro. En los campos de concentración nazis, para identificar a gais y mujeres trans se utilizaba un triángulo rosa, y el empleado para identificar a las lesbianas era un triángulo negro. Estos símbolos, que inicialmente fueron pensados como una insignia de vergüenza, luego han sido reclamados como un símbolo positivo de identidad.

Bajo este triángulo bicolor, una serie de piedras representan los colores de la bandera del orgullo LGTBI y otras los de la bandera trans destacan sobre un pavimento de “calçada portuguesa”, simbolizando aquellas personas activistas que se negaron a lo largo de la historia a encajar en lo que la sociedad tradicional les imponía.

En su base está revestido de azulejería artística. Esta tradición, utilizada para crear murales moralizantes en una época en la que una mayoría de la población no sabía leer ni escribir, es aquí usada para transmitir dos mensajes claros en forma de frases y en distintos idiomas, que revindican el derecho a ser y el derecho a amar.

El monumento es rematado y protegido con un cerco de ladrillos que recuerdan los que fueron usados durante la rebelión de Stonewall.